lunes, 10 de diciembre de 2012

El año de Sissi


Una mujer elegante y culta.

El próximo 24 de diciembre, además de ser Nochebuena, celebraremos el 175 aniversario del nacimiento de Sissi. Y para mí es una fecha especial pues se me antoja como un referente de la mujer moderna, cuya leyenda negra, en su caso rosa, distorsiona sobremanera su verdadera historia.
Princesa de Baviera e hija de dos duques de poca monta, que tuvieron nada menos que 8 hijos. Criada entre Múnich y Possenhofen, un delicioso palacio a orillas del lago Starnberg, en Baviera, donde la princesita junto a sus hermanos, se acostumbró a vivir de una forma sana y natural, sin convencionalismo ni la encorsetada etiqueta de la corte, que siempre detestó. Le gustaba la vida sana, los paseos por la naturaleza y vivir a su aire.
Por eso, cuando la mala suerte la convirtió en emperatriz, muy a su pesar y absolutamente en contra de su voluntad y la encerraron en un palacio urbano, en una de las ciudades más fría de Europa y a las órdenes de una suegra malvada hasta decir basta… se deprimió bastante.
Coronada Reina de Hungría.
El panorama en palacio se presentaba desolador: un marido ausente y absolutamente supeditado a una madre manipuladora y egoísta. Una suegra cuyas aspiraciones al trono imperial se vieron truncadas, cuando la obligaron a abdicar en favor de su hijo, por el retraso mental de su marido… cuyo aspecto físico nunca fue demasiado agraciado y cuya única alegría en la vida fue la de controlar compulsivamente las vidas de todos los que la rodearon y se lo permitieron. Isabel no se lo permitió nunca y la propia Sofía fue quien puso a la corte en contra de la emperatriz.
Sin embargo, de todas las atrocidades que cometió aquella bruja, la más perversa fue el hecho de arrebatar a la emperatriz la custodia de su primera hija. A quien exhibía como un mono de feria en sus salones, donde se rodeaba de damas gordas, sudorosas, fumando, sin aire puro ni luz del sol, mujeres cuya higiene brillaba por su ausencia y famosas por las pulgas y piojos de sus pelucas… pulgas que contagiaron el tifus a la niña. Pero ahí no termina su maldad, porque en un viaje, Isabel consiguió convencer al calzonazos de su marido, para llevarse consigo a la niña. Con tan mala suerte que la niña murió durante el viaje (víctima del tifus)… a lo que lo suegra se ocupó de culpabilizar a la madre primeriza, que tan sólo contaba con 18 años. Y a cuento de esta faena, quiso quitarle también la custodia de Gisela y Rodolfo, los dos siguientes… pero un día a la emperatriz se le inflaron las narices y puso fin a la dictadura.
Con 16 años.
Una vez se sintió fuerte, comenzó a opinar y a corregir la pésima política de su marido, que no sólo fue un mal emperador sino que era un poco gafe, porque en toda su carrera no ganó una sola guerra de importancia y perdió poco a poco todo el imperio. Sin embargo, a ella, por su encanto, los húngaros la adoptaron como reina y la amaron por lo que fue y lo que hizo. Mientras, con razón, odiaron a su insufrible familia política. También fue la única que se dio cuenta del engaño del cobarde de Napoleón a su cuñado, Maximiliano, a quien mandaron a México a jugársela entre salvajes, como cabeza de turco, en lo que el francés pensó sólo serían ganancias… y salió con la cola entre las patas. Pobre Maximiliano, casado además con una loca pretenciosa, digna nuera de su madre.
Una gran amante de los animales.
También se ha dicho que Isabel fue una histérica. Si es que se puede llamar así a quien se impone a una suegra dictatorial y malintencionada. Que era anoréxica, cuando se afirma que medía 1,72 y pesaba 50 kilos. Ambos datos son erróneos. Todas las mujeres de su familia, incluida su apestosa suegra, que para más datos, era también su tía, eran más bien bajitas. Bajitas incluso para la media de altura de la época, que ya es mucho decir. Eso por un lado y por otro, creo que una mujer que dio a luz 4 veces, no pudo en modo alguno conservar una cintura de 40 cm. Y todas aquellas mujeres que han sido madres, al menos una vez, saben de lo que hablo.  En cualquier caso, sí es cierto que fue una mujer preocupada por su salud, lo cual implicaba que le gustaba bañarse diariamente (¡¡diariamente!!, una loca peligrosa), le gustaba lavarse el pelo y ponerse mascarillas de miel y cepillarlo a conciencia. Le gustaba hacer ejercicio: gimnasia en casa, montar a caballo, esgrima y daba largos paseas por la naturaleza. 
¿Es esta la figura de una anoréxica?
Además le gustaba cuidar su alimentación. De forma que en lugar de asistir a infinitos banquetes repletos de grasa y dulces, prefería tomar leche de cabra, queso, verduras y, sobre todo, frutas frescas. Evidentemente, al ser comparada con las focas redomadas que circundaban la corte, sebosas y grasientas, no sólo por las barbaridades que comían, sino porque el tema del baño les sonaba a pecado… era comparar un precioso canario con un buitre carroñero. Y la envidia es terrible. De la envidia nace la leyenda. A Felipe II le tocó una leyenda negra, que lo convirtió en un monstruo a los ojos de sus enemigos, un hombre prudente y cariñoso, fue convertido en lo que más temía. A Sissi, le ocurrió igual. Y una mujer extraordinariamente culta, que abogó por los derechos del pueblo al más puro estilo del socialismo más radical, una mujer comprometida y cariñosa, preocupada por la salud y la higiene, tanto para sí, como para su imperio, fue una mujer progresista capaz incluso de ponerse unos pantalones para ir a montar a caballo y lo que es más importante, gran amante de los animales y fue una incansable viajera que recorrió Europa y visitó cuantos lugares pudo, disfrutando de la gastronomía, el folklore y la naturaleza extraña.

Una gran amazona.
Todo eso, para ser convertida, por sus coetáneos en el mito de una princesa barata de novela rosa, cuya historia de amor (inexistente) fue llevada al cine para mayor escarnio.
El gran mito, falso, no fue sino una revancha fácil llevada a cabo por aquellos que dijeron no comprenderla, pero que en realidad la envidiaron y odiaron tanto que buscaron la forma de convertir su venganza en eterna. 
Pero vamos, que llegados a este punto, la mejor contra-venganza, es la cultura, es conocer la verdad y comunicarla. Si la verdad se sabe, muere el mito y con él, las malas intenciones. Y ya de paso… se da por saco. Llegados a este punto, queda desmentido el mito y siendo este su aniversario, os animo a investigar un poco más su biografía.

lunes, 24 de septiembre de 2012

La Hacienda Santa Teresa nos enseña la Ruta del Ron


Visitar una bodega cada día es más común y la emoción disminuye en función del número de veces que lo hacemos. Por eso es importante que busquemos la forma de convertir esa visita en algo más que un simple recorrido con cata final, que no signifique nada para nosotros.
La Hacienda Santa Teresa ha ideado la Ruta del Ron con una calidad tan excepcional que la CNN lo ha elegido como uno de los mejores diez tures en el campo de los destilados.
¿Qué tiene de particular? Para empezar se desarrolla en una hacienda cuya importancia histórica es sumamente especial. La hacienda fue fundada en 1796 y en 1818 fue el escenario de la abolición de la esclavitud a manos de Simón Bolívar, el Libertador.
En un escenario tal, en Venezuela, en uno de los valles más ricos y fértiles del país, una tierra soleada y ruca, con generosa lluvia y un clima muy agradable, frío por la noche y cálido durante el día, lo que favorece que se pueda cosechar la caña más dulce y jugosa de toda Venezuela. Y todo ello ha derivado en la fabricación de un ron de tan buena calidad que se ha desarrollado en esa zona de forma artesanal, durante más de doscientos años.
Esas son sólo algunas de las razones que convierten esta ruta en algo realmente especial. Desde la visita a la zona donde se cortan las cañas, para probarlas recién cortadas o el lugar donde se guardan las muestras del mosto fermentado, la melaza, hasta los talleres artesanos donde los toneleros construyen los toneles en los que se guarda el mosto hasta que se convierte en ron. No hay que olvidar el Salón de Catas Trepiche donde los enólogos imparten un cursillo acelerado para conocer las características organolépticas del producto y, como nota graciosa, te nombran embajador del Ron de Venezuela, certificado con el que uno irá por el mundo transmitiendo lo que hayamos aprendido en nuestra visita. Y por último, una degustación de los mejores cócteles para probar y conocer en profundidad este ron venezolano, el más antiguo del país.
Es una propuesta muy original, en la que se pueden implicar incluso los más pequeños, a los que les gustará mucho la parte histórica de la Estación de Tren El Consejo. Excluyendo, por supuesto la cata y degustación. El resto es un día de diversión para toda la familia.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Irse de tapas por Barcelona


De pronto me entran ganas de cerrar el ordenador e irme a la calle. Sentarme en una terraza, pedir un vino y dejar que la tarde pase ante mis ojos, sin preocupar de nada más. Entonces me he acordado de un sitio especial. Un sitio que me gusta especialmente. Para ir con un grupo de amiguetes o para ir sola, porque allí siempre te hacen un hueco y te tratan como si llevases allí sentada toda la vida. Se llama Cucut Biz and Bar y está en Barcelona.
Estaba pensando en lo que es sentarse en la terraza, por la tarde, ya casi sin sol, pero con buena luz. Pedir un vinito tinto… aunque no es ni lo mejor ni lo peor que se puede pedir, porque tienen una bodega bastante nutrida con buenos vinos y algunos espumosillos de esos que quitan el sentido. Y me gustan.
En seguida aparece la copa y una tapita. Una tostada, que ellos llaman “torrada” de pan payés… quizá con jamón o con queso o incluso con paté. Deliciosa. Quizá después, con otra copita de vino llega un poquito de bacalao o de salmón ahumado… es como la lotería, nunca sabes qué te va a tocar, pero estás seguro de que te va a gustar que te toque.
Personalmente, ya que me acerco hasta allí, me mojo un poco y pido también un serranito, que es un pimiento verde, relleno de tortillas de patata con jamón y alioli gratinado con virutas de jamón… que se dice pronto, pero estar allí y no comerse al menos uno, es un pecado y de los gordos.
Es una experiencia relajante en muchos sentidos. Quizá porque a mí comer y beber bien me resulta un placer indescriptible o porque encontrar un sitio en el que uno se sienta parte del todo, donde uno está a gusto incluso cuando está lejos de su ciudad, es algo difícil y yo, cuando lo encuentro, lo aprecio en demasía. O quizá sea simplemente porque el sitio y su gente lo vale. Que todo puede ser.
Además a veces tiene suerte y le toca integrarse en algún sarao, porque en Cucut Biz and Bar lo raro es que no estén organizando alguna. Una cata, una presentación, un festival, estén todos disfrazados o haya un cumpleaños. Siempre hay algo entretenido y puedes optar por el mutismo solitario del que se abstrae y se concentra en sí mismo y sus pensamientos o en meterte de lleno y formar parte del festejo. No te van a decir que no.
Y por si fuera poco, para mí, es especialmente importante el hecho de poder compartir mi tiempo libre con mi pequeña bola de pelo con patas. Mi perrita. Cuya compañía siempre es inmejorable. En este lugar, mi amiguita es bienvenida.
En fin, es sólo un antojo. Una idea que quería compartir con vosotros, por si vivís en Barcelona y no sabéis que hacer una tarde cualquiera o por si tenéis pensado visitar la ciudad condal en los próximos días… o meses… creo que es una opción a tener muy en cuenta porque estoy segura de que os va a gustar tanto como a mí.

martes, 3 de julio de 2012

Las termas de Alange


El Balneario de Alange
Precisamente ahora que el verano empieza a ponerse serio y el calor suma dos puntos a nuestra rutina, es el mejor momento para planear una pequeña escapada. Si somos de los que aún ven lejanas las vacaciones, pero necesitamos desesperadamente una puesta a punto, esta idea que os voy a proponer puede ser una tablita de salvación para nuestros nervios y para nuestro estrés.
Alange, en Extremadura. Es un sito famoso históricamente por la explotación de su balneario romano. Balneario que hoy se puede disfrutar en dos grandes hoteles, el Gran Hotel Aqualange y el Hotel Varinia Serena.
O cuento, Alange está muy cerca de Mérida, digamos a unos 18 kilómetros. Muy cerca también, transcurre la Vía de la Plata y más o menos está a la misma distancia de Madrid, Sevilla y Lisboa. Ideal para todos. En cosa de 3 horas te plantas en el balneario, pero también se puede optar por el avión, porque el aeropuerto de Badajoz está a sólo 45 minutos.
Las termas, constituyen además el monumento histórico artístico más relevante y conocido de Alange, que son Monumento Nacional y también Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La gracia, la verdadera gracia, es el edificio romano y en torno a él se configura todo el balneario. Pero las instalaciones son modernas y todo está perfectamente integrado en la construcción para sacar el mayor partido y disfrutar de la experiencia totalmente. Hay apartados con pilas de mármol para uso individual, baño turco, piscina de hidromasaje, ducha escocesa,  masajitos de toda clase, envolvimientos, parafangos, inhalaciones y una suerte de tratamientos de belleza para la puesta a punto de cualquier príncipe o princesa que se sienta un poco rana últimamente. A mí me tocó especialmente el corazón algo llamado “Pradera Kneipp” porque no lo había oído nunca. Y es una pradera normal y corriente, muy cuidadita eso sí, donde se pueden realizar ejercicios al aire libre. Es delicioso el tai chi a primera hora, si alguien se anima a madrugar. Y también es allí donde se aplican las curas de arena o la hidroterapia.
La fuente de todo esto es, obviamente el agua, pero un agua muy especial, porque tiene un alto contenido en radón y emana a 28ºC, provocando una acción medicinal en quienes entran en contacto con ella, muy importante. Por lo visto, se ha probado clínicamente una mejoría plausible en afecciones del sistema nervioso, del aparato locomotor, del respiratorio y del circulatorio, dolencias ginecológicas e incluso reacciones alérgicas. Aunque como muestra un botón… a ver si los romanos elegían mal, que tenían un ojo para los sitios en los que querían relajarse… épico. Y en esto Trajano y Adriano, tuvieron mucho que decir.
Pero vamos que no pretendo convencer a nadie, que un balneario es siempre un balneario. Ahora bien, sumemos los atractivos históricos y culturales de la región, una aceptable tranquilidad que ayudará a nuestra relajación y, lo más importante, la mesa. Porque la gastronomía de la región sí que va a convencer a todo el mundo, tanto la comida como el vino. Si uno va a relajarse… va a relajarse y a disfrutar en todos los sentidos y la comida es importantísima.
Además, el Balneario de Alange, tiene programas de ocio de una, dos, tres y hasta cuatro noches. Dependiendo de los días libres que tenga cada uno. Yo me quedaría un mes, pero no ha podido ser. Os invito a conocerlo y ya me contaréis qué os ha parecido.

jueves, 31 de mayo de 2012

La diosa viviente

Por increíble que os pueda parecer, que os lo parecerá, no todos los dioses son invisibles ni viven en el cielo o en el Olimpo. Hay dioses que se animan a encarnarse en humanos y, como los reyes medievales, se pasean entre los mortales exhibiendo su fascinante condición. En el caso de Nepal, las diosas se encarnan en niñas, que se conocen como Kumaríes, lo que literalmente quiere decir virgen o pura. Por lo visto hay muchas kumaríes en el país, sin embargo, la más famosa, la más conocida, es la que está en Katmandú. Kumari o Kumari Deví, es el nombre con que designa a estas diosas vivientes, encarnación de la diosa Taleju y la historia es para tirarse de los pelos. Os cuento. La casta Shakya, de la comunidad de Newari, es algo así como la “cantera” de donde se selecciona a las niñas. Cuando hay que elegir a la diosa, se presenta varias niñas que son sometidas a una serie de duras pruebas por parte de los sacerdotes, entre ellas la de asustarlas con ritos y máscaras terroríficas. La niña que permanezca impasible ante semejante cuadro, será sin duda la elegida por la diosa para encarnarse. Después la pequeña se separa de su familia y se va a vivir al Kumari Ghar, es decir, al santuario de la diosa viviente, que está en el centro de la ciudad. Allí será venerada e idolatrada por algunos hindúes del país y por los budistas nepalíes, aunque no por los tibetanos. A partir de ese momento, la niña no podrá abandonar el templo sin un permiso especial, tampoco podrá ser tocada por nadie y sólo podrá alimentarse con la comida ritual pura, especialmente preparada y bendita para ella. Pero lo mejor está por llegar. Porque la niña será sagrada y pura mientras no sangre, es decir, que en el momento en que la niña alcance la pubertad y comience a menstruar, la diosa se desentiende y abandona el cuerpo impuro de la niña para buscarse otra más jovencita. Como si de un cincuentón inmaduro se tratase. Aunque esa no es la única forma de perder el cargo, porque si antes de alcanzar la pubertad, la niña tuviera la desgracia de sufrir un accidente y eso le provocase una hemorragia… el resultado es el mismo. A la diosa le debe desagradar la sangre sobremanera y abandona el cuerpo a toda velocidad para buscar uno… que no sangre.
De manera que las niñas son ungidas como diosas alrededor de los 4 años y derrocadas antes de los 12. Eso conlleva la vuelta a la rutina, a la casta, al trabajo o a tratar de casarse, porque ahora son ciudadanas normales. Dicen que muchas de ellas no consiguen superar el trauma. Supongo que pasarte casi 10 años de tu vida sin que nadie te abrace, sobre todo siendo un niño, debe ser un lujo de experiencia… que yo no le deseo a nadie, por muy dios que digan que es. Yo no sé si UNICEF está al corriente de esto, pero a mí me ha dejado con la boca abierta. Así que si alguien siente curiosidad, en el centro de Katmandú está la Kumari Ghar. Uno puede acercarse hasta los muros y esperar a ver si la pobre niña de turno, tiene a bien, asomarse a la ventana. En cuyo caso, podremos afirmar que hemos visto a un diosa.