El Balneario de Alange |
Precisamente ahora que el verano empieza
a ponerse serio y el calor suma dos puntos a nuestra rutina, es el mejor
momento para planear una pequeña escapada. Si somos de los que aún ven lejanas
las vacaciones, pero necesitamos desesperadamente una puesta a punto, esta idea
que os voy a proponer puede ser una tablita de salvación para nuestros nervios
y para nuestro estrés.
Alange, en Extremadura. Es un sito famoso
históricamente por la explotación de su balneario romano. Balneario que hoy se
puede disfrutar en dos grandes hoteles, el Gran Hotel Aqualange y el Hotel
Varinia Serena.
O cuento, Alange está muy cerca de
Mérida, digamos a unos 18 kilómetros. Muy cerca también, transcurre la Vía de
la Plata y más o menos está a la misma distancia de Madrid, Sevilla y Lisboa.
Ideal para todos. En cosa de 3 horas te plantas en el balneario, pero también
se puede optar por el avión, porque el aeropuerto de Badajoz está a sólo 45
minutos.
Las termas, constituyen además el
monumento histórico artístico más relevante y conocido de Alange, que son
Monumento Nacional y también Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La gracia, la verdadera gracia, es el
edificio romano y en torno a él se configura todo el balneario. Pero las
instalaciones son modernas y todo está perfectamente integrado en la
construcción para sacar el mayor partido y disfrutar de la experiencia
totalmente. Hay apartados con pilas de mármol para uso individual, baño turco,
piscina de hidromasaje, ducha escocesa, masajitos
de toda clase, envolvimientos, parafangos, inhalaciones y una suerte de
tratamientos de belleza para la puesta a punto de cualquier príncipe o princesa
que se sienta un poco rana últimamente. A mí me tocó especialmente el corazón
algo llamado “Pradera Kneipp” porque no lo había oído nunca. Y es una pradera
normal y corriente, muy cuidadita eso sí, donde se pueden realizar ejercicios
al aire libre. Es delicioso el tai chi a primera hora, si alguien se anima a madrugar.
Y también es allí donde se aplican las curas de arena o la hidroterapia.
La fuente de todo esto es, obviamente el
agua, pero un agua muy especial, porque tiene un alto contenido en radón y
emana a 28ºC, provocando una acción medicinal en quienes entran en contacto con
ella, muy importante. Por lo visto, se ha probado clínicamente una mejoría
plausible en afecciones del sistema nervioso, del aparato locomotor, del
respiratorio y del circulatorio, dolencias ginecológicas e incluso reacciones
alérgicas. Aunque como muestra un botón… a ver si los romanos elegían mal, que
tenían un ojo para los sitios en los que querían relajarse… épico. Y en esto
Trajano y Adriano, tuvieron mucho que decir.
Pero vamos que no pretendo convencer a
nadie, que un balneario es siempre un balneario. Ahora bien, sumemos los
atractivos históricos y culturales de la región, una aceptable tranquilidad que
ayudará a nuestra relajación y, lo más importante, la mesa. Porque la
gastronomía de la región sí que va a convencer a todo el mundo, tanto la comida
como el vino. Si uno va a relajarse… va a relajarse y a disfrutar en todos los
sentidos y la comida es importantísima.
Además, el Balneario de Alange, tiene
programas de ocio de una, dos, tres y hasta cuatro noches. Dependiendo de los
días libres que tenga cada uno. Yo me quedaría un mes, pero no ha podido ser.
Os invito a conocerlo y ya me contaréis qué os ha parecido.