Si eres una de esas personas que, como yo, sufre de vértigo…
éste no va a ser el mejor lugar para ti, pero como experiencia, no tiene
comparación. Eso también hay que decirlo.
Estoy hablando del ascensor de los cien dragones, oficialmente
llamado el Bailong Elevator. Nada menos que el ascensor al aire libre más alto
del mundo, según se confirma en el Libro Guinnes de los Récords. Además no sólo
por eso sino también por ser el más alto del mundo dedicado al turismo y
también por ser el que más rápido recorre ese trayecto completo. Eso… supongo
que también es un record.
Se encuentra en China, en una de las sierras montañosas de
la provincia de Hunan. Y su gracia radica en que te eleva a 326 metros de
altura a lo largo de un macizo de piedra caliza. Dicen que lo visitan más de
cinco millones de turistas al año, pero que la mayoría se rajan a la hora de
subir. Lo cierto es que impresiona, impresiona, aunque en honor a l a verdad…
tampoco es para pegarse un tiro. Y lo digo yo, que soy la reina de los
vértigos. La cabina es de cristal, sí, pero en cada una caben alrededor de
cincuenta personas… lo que quiere decir que uno ni se siente solo, ni le da
tiempo casi a asomarse tanto como para llegar a sentirse mal. Eso sí, si te
asomas las vistas son impresionantes: el valle de fondo y las montañas cada vez
más cerca de la cumbre (según subes). Impresionante.
El ascensor lleva ya más de 10 años funcionando. Lo abrieron
en el 2002, pero lo tuvieron que cerrar inmediatamente para realizar ajustes de
seguridad y en el 2003 ya quedó abierto definitivamente… hasta hoy. Las
organizaciones medioambientales, todo hay que decirlo, no lo ven con buenos
ojos y la verdad no es de extrañar, porque de hecho hubo que excavar túneles y
pasadizos en las entrañas de la montaña, en la columna de cuarzo que se eligió
para el proyecto… se colocaron 3 detectores sísmicos para evacuar a toda velocidad los elevadores
en caso de terremoto o cualquier otro tipo de desastre natural. Y el tema
levantó ampollas, aunque también es cierto que hubo voces a favor que apoyaban
el proyecto alegando que al ser uno de los ascensores con mayor capacidad del
mundo (transportando 1.380 pasajeros por hora aproximadamente), esto despejaba
en cierta medida, el tráfico excesivo de excursionistas en los senderos de la
montaña y ello contribuía a su mejor y mayor protección.
Opiniones, para todos los gustos. El caso es que si uno
llega hasta allí, lo ve y se sube, puede comprender cómo se sienten los pájaros
cuando tocan las nubes con sus alas… libre y pequeño. Es una sensación única.
Si sois de los que al final son incapaces de animarse a
subir al ascensor, no desesperéis, existe la posibilidad de subir andando, pero
claro, son dos horas y media de caminata y eso también tiene su encanto. Aunque
el ascensor te lleva a lo más alto en cosa de un minuto.
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