domingo, 10 de abril de 2011

Napoleón en Luz Saint Sauveur


Hace un par de semanas estuve disfrutando del esquí en los Altos Pirineos. La verdad es que las pistas, las estaciones, las infraestructuras y en general, el precio, no tienen competencia con respecto a nuestra oferta de nieve… y me quedé muy sorprendida. Pero ya hablaremos de los deportes de invierno, la temporada que viene y nos pondremos al día con las posibilidades de viaje que nos ofrezcan a uno u otro lugar.
De momento y de cara al buen tiempo, me gustaría contaros algunas de las otras cosas que se pueden hacer por allí.
Por ejemplo, la nueva Ruta de Napoleón y Eugenia. Se refiere a los lugares en los que Napoleón III y nuestra Eugenia de Montijo visitaron durante el verano de 1859. Una visita de lo más interesante y que, por obra de encantamiento o más bien, de milagro, sirvió a los monarcas para concebir un heredero… aunque como dicen los vecinos de la zona, lo cierto es que esos paisajes, esa comida y las aguas termales de sus balnearios, pudieron ayudar bastante a ese milagro. Cierto en mi opinión. De hecho, si bien, en su vida normal, los monarcas se veían muy de tarde en tarde.Él era un Casanova que saltaba de cama en cama y ella una puritana conservadora que saltaba, digamos, de capilla en capilla. Con esas aficiones, se veían poco y lo poco que se veían debía sentirse un tanto presionados… como nosotros, que vivimos atacados por el estrés.
Así que está claro que pasar unos días en un bucólico y encantador rinconcito del sur de Francia, entre montañas y paisajes de los que salían en los cuentos de Heidi, dejándose mimar en el balneario termal y pasando largas veladas entorno a una mesa repleta de manjares, parece un buen plan para acabar con el estrés y empezar de cero. Después de pasar allí unos días, uno puede comprender por qué Eugenia se fue a pasar una semana, llamó a su marido y se pasaron allí los dos juntos, nada menos que 3 meses.
Luz Saint Sauveur es sólo uno de los muchos pueblecitos de esta zona en los que uno se puede pasar una escapada curiosa, por poquito dinero y garantizándose el éxito. Tanto para un viajecito romántico como para pasar unos días con la pandilla y recargar las pilas al máximo.
Os dejo con esta propuesta, pero queda mucho que decir de los Altos Pirineos. De hecho, si alguien conoce algo que aportar a este respecto… me encantaría leerlo.

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