lunes, 26 de diciembre de 2011

En Viena por Año Nuevo. Viva la Música



Hace 185 años se compuso el villancico más famoso del mundo: Noche de Paz. Traducido después a 330 idiomas. En 1818, dos días antes de Navidad, el viejo órgano de la Iglesia de San Nicolás de Oberndorf (Salzburgo) dejó de sonar definitivamente. El padre Joseph Mohr, para no decepcionar a sus feligreses, pidió a su amigo Franz Xavier Gruber, maestro y organista del vecino pueblo de Arnsdorf, que compusiera una melodía para el texto de Navidad. En la misa del gallo de ese año, el cura, con su guitarra, acompañó a su amigo Gruber, cantando por primera vez un villancico en alemán y no en latín. Esto era algo tan inusual en la época que no estaban seguros de que fuese a tener una acogida tan espectacular. Noche de Paz fue un éxito absoluto.
En 1831, un coro que se dedicaba a cantar canciones tirolesas populares, incorporó el villancico a su repertorio durante una gira por Prusia. De allí la canción viajó a Nueva Cork, donde fue interpretada por otro coro tirolés en 1839, aunque a estas alturas el nombre de los autores ya había pasado al anonimato. Y no fue sino hasta 36 años más tarde, cuando la corte real de Prusia, buscando la partitura original, consultó al párroco de San Pedro de Salzburgo quien retribuyó la autoría a Mohr y Gruber, en lugar del también austriaco, Hayden a quien se pensó que pertenecía.
El concierto de Año Nuevo
Uno de los secretos sueños de todos los grandes melómanos es el de asistir personalmente a este maravilloso concierto y acompañar con palmas la marcha Radetzky, al menos una vez en la vida.
Este concierto que ya es una tradición, fue interpretado por primera vez el 31 de diciembre de 1939, bajo la batuta del genial Clemens Krauss. Y cada año se repite, pero durante la mañana del 1 de enero a cargo de la Orquesta Filarmónica de Viena. Y es retransmitido por PBS a más de 44 países. En el programa nos deleitamos con algunas de las obras más hermosas de compositores como Emmerich Kalman, Franz Léhar, Wolfgang Amadeus Mozart, sin olvidar, mi favorito: Johann Strauss.
Actualmente tiene lugar en la sala de conciertos del Wiener Musikverein y las flores que decoran la sala son un regalo de la ciudad de San Remo, otros amantes de la música, en Italia.

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