martes, 3 de julio de 2012

Las termas de Alange


El Balneario de Alange
Precisamente ahora que el verano empieza a ponerse serio y el calor suma dos puntos a nuestra rutina, es el mejor momento para planear una pequeña escapada. Si somos de los que aún ven lejanas las vacaciones, pero necesitamos desesperadamente una puesta a punto, esta idea que os voy a proponer puede ser una tablita de salvación para nuestros nervios y para nuestro estrés.
Alange, en Extremadura. Es un sito famoso históricamente por la explotación de su balneario romano. Balneario que hoy se puede disfrutar en dos grandes hoteles, el Gran Hotel Aqualange y el Hotel Varinia Serena.
O cuento, Alange está muy cerca de Mérida, digamos a unos 18 kilómetros. Muy cerca también, transcurre la Vía de la Plata y más o menos está a la misma distancia de Madrid, Sevilla y Lisboa. Ideal para todos. En cosa de 3 horas te plantas en el balneario, pero también se puede optar por el avión, porque el aeropuerto de Badajoz está a sólo 45 minutos.
Las termas, constituyen además el monumento histórico artístico más relevante y conocido de Alange, que son Monumento Nacional y también Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La gracia, la verdadera gracia, es el edificio romano y en torno a él se configura todo el balneario. Pero las instalaciones son modernas y todo está perfectamente integrado en la construcción para sacar el mayor partido y disfrutar de la experiencia totalmente. Hay apartados con pilas de mármol para uso individual, baño turco, piscina de hidromasaje, ducha escocesa,  masajitos de toda clase, envolvimientos, parafangos, inhalaciones y una suerte de tratamientos de belleza para la puesta a punto de cualquier príncipe o princesa que se sienta un poco rana últimamente. A mí me tocó especialmente el corazón algo llamado “Pradera Kneipp” porque no lo había oído nunca. Y es una pradera normal y corriente, muy cuidadita eso sí, donde se pueden realizar ejercicios al aire libre. Es delicioso el tai chi a primera hora, si alguien se anima a madrugar. Y también es allí donde se aplican las curas de arena o la hidroterapia.
La fuente de todo esto es, obviamente el agua, pero un agua muy especial, porque tiene un alto contenido en radón y emana a 28ºC, provocando una acción medicinal en quienes entran en contacto con ella, muy importante. Por lo visto, se ha probado clínicamente una mejoría plausible en afecciones del sistema nervioso, del aparato locomotor, del respiratorio y del circulatorio, dolencias ginecológicas e incluso reacciones alérgicas. Aunque como muestra un botón… a ver si los romanos elegían mal, que tenían un ojo para los sitios en los que querían relajarse… épico. Y en esto Trajano y Adriano, tuvieron mucho que decir.
Pero vamos que no pretendo convencer a nadie, que un balneario es siempre un balneario. Ahora bien, sumemos los atractivos históricos y culturales de la región, una aceptable tranquilidad que ayudará a nuestra relajación y, lo más importante, la mesa. Porque la gastronomía de la región sí que va a convencer a todo el mundo, tanto la comida como el vino. Si uno va a relajarse… va a relajarse y a disfrutar en todos los sentidos y la comida es importantísima.
Además, el Balneario de Alange, tiene programas de ocio de una, dos, tres y hasta cuatro noches. Dependiendo de los días libres que tenga cada uno. Yo me quedaría un mes, pero no ha podido ser. Os invito a conocerlo y ya me contaréis qué os ha parecido.