lunes, 5 de marzo de 2018

La estafa del Duty Free



Recuerdo cuando, hace años, viajaba de la mano de mi madre con toda la ilusión del mundo y llevábamos bolsas vacías para poder llenarlas con los tesoros del Duty Free, aquellas tiendas mágicas que olían tan maravillosamente, repletas de perfumes y cremas, con estanterías llenas de juguetes, con dulces que sólo existían en aquél lugar… era el paraíso. Mi madre compraba botellas y cartones de tabaco y siempre se daba algún capricho. Salíamos las dos con una sonrisa que no nos cabía en la cara. Es uno de esos deliciosos recuerdos de infancia que se quedarán allí, y que por lo visto ya no serán más que eso: recuerdos.
Pasaron los años y  empecé a viajar sola. Siguiendo el ritual me gustaba ir pronto al aeropuerto para dedicar un buen rato a pasear por el famoso Duty Free y llevarme a casa algún que otro tesoro. Pero, al parecer estas tiendas tan bucólicas habían evolucionado a la misma velocidad y en la misma dirección que las compañías aéreas. Y se habían convertido en tiendas vulgares repletas de las mismas cosas que se consiguen en el exterior pero a unos precios absolutamente anormales.
Desde que los aeropuertos consideran peligrosos los líquidos, en el Duty Free cualquier bebida ha pasado a tener el mismo precio que la sangre de unicornio, el tabaco está ahí, pero si no cumples una lista de requisitos como volar al otro lado del mundo, donde dicho sea de paso, podrás comprar el mismo tabaco por la mitad del precio de esa tienda, no te dejarán ni tocarlo. Y además con límite de compra… los dulces y el chocolate son más de doble de caros en el aeropuerto que en el supermercado, ya nunca volveré a hacer acopio de “chuches” para el avión.
Y lo mejor es que cuando vas a pagar te piden la tarjeta de embarque, unas veces te dicen que por seguridad y otras que por normativa de la empresa para evitar el fraude. Si es por seguridad… me encantaría saber qué peligro entraña comprar en esas tiendas y cómo lo puede contrarrestar el hecho de tener una tarjeta de embarque que podría ser robada o incluso falsificada… pero me llama aun más la atención el hecho de que haya gente que quiera colarse en el aeropuerto, soportar el control de seguridad que está al nivel de ir al dentista, para pagar el doble por una tontería que puede comprar fuera por la mitad de precio. Sí, locos hay en todas partes, pero tan tontos…. No creo.
Otras veces te cuentan que es para hacer una encuesta sobre destinos. Chorrada al por mayor, porque hace años había tarjetas de fidelización, por ejemplo de las tiendas de Aldeasa, con las que ya satisfacían su curiosidad de forma gratuita y de vez en cuando te lo recompensaban con un cheque regalo.
La verdadera razón es que la mayoría de estas tiendas piden el pase de abordar para reclamar el 20% de IVA sobre los productos comprados de los pasajeros que vuelan fuera de la UE. Un dinero que deberían devolver al pasajero, porque es su derecho, pero en realidad se lo quedan tan tranquilamente… y con un poquito de aquí y otro de allí, obtienen un gran beneficio. El caso es que como nadie informa de esto, los pasajeros no lo reclaman y ahí está la trampa. De modo que es perfectamente legal negarse a enseñar el pase o si decidimos hacerlo, reclamar nuestro 20% de vuelta. A elegir. Eso sí, siempre que volemos fuera de la UE. En ese caso, los precios sí vuelven a ser apetitosos y competitivos. De otra forma… el paraíso del Duty Free habrá dejado de serlo para siempre.