lunes, 12 de septiembre de 2011

PICNIC surrealista


Hace unos fines de semana estuve pasando el sábado en un pantano de la Comunidad de Madrid. Una forma muy económica de pasar el día y disfrutar de la naturaleza: un pic-nic. Como hacía solecito, alrededor de dos millones de personas más tuvieron la misma idea. Así que allí nos encontramos todos con nuestro mantel, las tortillas, las empanadas… ya sabéis cómo va esto. Aunque en honor a la verdad, estas cosas conviene organizarlas bien y hablar mucho con los que van a ir, porque nosotros nos juntamos con 2 kilos y medio de jamón serrano y 7 empanadas, pero a nadie se le ocurrió llevar tortilla... y lo que es peor: la bebida no la trajo nadie. Es lo que pasa cuando no estás acostumbrado. Un desastre… pero con buen resultado.

Así que allí estamos, junto a la orilla, con comida para 20 personas (siendo 7) y con los perritos corriendo alrededor buscando el eslabón más débil al que pedirle comida, con esos ojos de perro pequeño que lleva meses muriendo de inanición. El paisaje es maravilloso, el clima también, la compañía estupenda...

Y de pronto, de la nada, empiezan a aparecer niños y niños y más niños. Igual es una excursión – pensé – pero no. Todos y cada uno de esos angelitos tenían padres. Y los padres iban con ellos. Madres no sé, pero padres parece que tenían todos. A esto, empiezan todos a correr, con esa buena educación que adorna a los niños públicos, prácticamente por encima de nosotros. Aunque al final, eso fue lo de menos. Con cuerdas en la mano, en dirección al único árbol seco que debía de haber en la laguna.

Así que a todo correr, empiezan a subirse al árbol, animados por los padres. El pequeño Tom Sawyer, llega arriba y ata una cuerda a una ramita. Se baja. Empiezan a intentar subir los demás... por entre las ramas de un árbol seco, pero claro, las ramas se rompen y no pueden. Entonces la niña, entre las ramas, avisa: "yo creo... que esta rama no es resistible, papá".
El padre la mira y le dice que suba, que debe ser un tipo de control de la natalidad a posteriori... un bebé con algo más de un añito, se quedó enredado entre dos ramas, a ras del suelo... así que intentó solventar el tema a gritos, acojonando al árbol.

Y ahí no acaba la cosa. Cuando ya estábamos todos girados, como el que ve la tele, esperando a ver qué pasaba con las cuerdas. Tomy Sawyer baja después de haber colgado varias cuerdas, que servirán de liana de salvación a los niños, cuando sus padres los cojan en brazos y los lancen contra el árbol. Literal. Los niños empiezan a darse unos golpes de película y a rodar por el suelo. Unos caen mal, lloran y tratan de abandonar (los padres no les dejan) y otros intentan repetir, cayendo mejor. La niña se va. Entonces uno de los padres se vuelve, nos mira y nos explica: "Juegan a Tarzán". ¡¡¿JUEGAN?!!

Nos quedó la duda de si aquello era un juego o un castigo original. Y pensamos que la situación se pondría más divertida cuando tuviesen que explicarles a las madres que no había habido ningún terremoto y que el estado de los niños era fruto de la más absoluta inconsciencia paterna. Pero no porque más tarde aparecieron las madres con otros niños que llevaban más cuerdas atadas a palos… para jugar a gladiadores. Otro juego curioso que no comprendimos y que nos pareció casi más terrible que el lanzamiento "niño contra árbol" de los padres. Pero eso ya os lo contaré otro día. ¿Qué os parece? ¿conocéis más juegos de estos educativos? La sensación era totalmente de cámara oculta. Pensé, no tardan en salir los de Inocente-Inocente. Pero lo genial de todo, es que al resto de turista de la laguna, ni siquiera les chocó esta situación, lo que me lleva a pensar que debe ser normal por allí... mucho mejor que la tele. Dónde va a parar.

1 comentario:

  1. juajauaj..Buenisimo. Tarzan ,la cuerda,el arbol,los ninos..Y EL PIC NIC SIN BEBIDAS.!

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